La situación en muchas oficinas es insostenible, y en otras ¡Estamos a punto de explotar!
La presión nos acecha por todos lados. A las exigencias de la empresa y al cúmulo de trabajo diario, sumamos las críticas que recibimos por parte de los clientes, que quizás en el momento que requieren más atención directa por nuestra parte, por todos los cambios que se están produciendo, se encuentran más desatendidos, y lo verbalizan en aquellos que seguimos dando la cara y atendiéndoles en las oficinas.
Nuestra realidad diaria es que somos menos personas trabajando en las oficinas.
Nos encontramos aprisionados, en medio, como en un sándwich, entre la empresa y los clientes. La primera nos reclama resultados, sin importarles aparentemente la situación real de las oficinas y los clientes. Y los segundos, nos demandan soluciones, que no podemos dar. Damos la cara ante los clientes que buscan en nosotros respuestas a decisiones que nos son ajenas, y que no siempre compartimos.
Ante esta compleja situación, los empleados y empleadas vivimos con angustia cada día.
Desde SIB-sf hemos expuesto esta situación a la empresa y más recientemente en la Mesa de Riesgos Psicosociales.
Estamos desbordados y sobrepasados, a punto de rebosar.
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