En el día mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo desde FINE queremos denunciar públicamente el grave problema de salud laboral que sufren las plantillas del sector financiero. Desde hace años, los empleados de banca, y los clientes, han sufrido las consecuencias de una restructuración brutal del sector desde 2008, con la fusión e integración de la mayoría de las entidades, una reducción de más de 120.000 trabajadores (el 45% de la plantilla) y el cierre de casi 28.000 oficinas (un 60% menos).
La desmesurada presión comercial, los seguimientos obsesivos por parte de los superiores, las masivas reuniones y la presión social por las decisiones de las entidades, que se ha trasladado a los empleados de las sucursales, han provocado que se ponga en riesgo nuestra salud física, emocional y mental, y prueba de ello son las numerosas bajas por estrés y ansiedad, y el preocupante número de empleados que tienen que tomar algún tipo de medicación por ello.
Por ello desde FINE solicitamos a las entidades del sector financiero abordar de manera urgente en mesas de diálogo y trabajo medidas que mejoren el clima laboral como:
1. Disminución de la excesiva presión comercial existente sobre los empleados, por el establecimiento de objetivos no realistas ni alcanzables. Es importante que se tengan en cuenta las condiciones tanto individuales de cada empleado como del entorno de cada oficina.
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