De sobra es conocido el dicho “lo importante no es llegar a la cima, es mantenerse en ella”.
En el caso de las mujeres, difícil es llegar a la cumbre, a los puestos directivos; más complicado aún es conseguir mantenerse; y, lo más importante, no desfallecer en ese largo camino en el que hay que demostrar la valía por el mero hecho de ser mujer.
Afortunadamente, por un lado, el llamado ‘techo de cristal’ es algo más frágil en nuestro sector que en otros ámbitos laborales dominados casi en exclusividad por hombres. Sin embargo, por otro lado, las mujeres en puestos de CEO en el área financiero se han rebajado en los últimos años, como ponen de manifiesto estudios realizados por consultorías. Si bien es cierto que cada vez se incorporan más mujeres a los consejos de administración y comités de dirección, alcanzar cotas más altas es terreno prácticamente vedado.
Acantilado de cristal
Además, el ‘techo de cristal' se convierte, en ocasiones, en ‘acantilado de cristal’. Este término acuñado por Michelle K. Ryan, doctora en psicología social, viene a decir que las mujeres tienen más probabilidades de ser nombradas para puestos de liderazgo en tiempos de crisis en comparación con cuando todo va bien.
¿Qué significa esto? Pues que estar en puestos directivos en momentos delicados o conflictivos conlleva más riesgo de perder ese puesto y también más presión sobre la persona para cumplir expectativas y probar que está capacitada para esa labor.
- Desde FINE exigimos a las entidades que incrementen la presencia de mujeres en equipos directivos en igualdad de condiciones, sin exigir más a unas que a otros.
- Reclamamos también que no recurran solo a las mujeres en tiempos de crisis o complicados para que, en caso de fracaso, sean ellas las que paguen las consecuencias.
- FINE defendemos el trabajo en igualdad, con las mismas oportunidades para todo el personal.
#somosFINE
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